Hola de nuevo
chicos.
En esta nueva
entrada del blog os plantearé un relato y tendréis que responder a unas breves
preguntas.
¡ANIMO!
MI TESTARUDA BICICLETA.
Desde que nos
conocimos, Kleta y yo formamos una pareja casi perfecta.
Ese tipo de
parejas que a la gente le suele dar envidia. Pero Kleta es una bicicleta, y
estas suelen tener mucha personalidad, lo cual plantea, a veces, algunos
problemillas.
Por ejemplo,
Kleta me había pedido muchas veces que la llevara al zoológico.
-¿Es
que voy a morirme sin conocer lo que es un zoo? ¡Tienes que llevarme allí! ¡Yo
a ti te hago mil favores y tú a mi ninguno!
Pero yo siempre
le daba largas al asunto, porque me parecía uno de esos caprichos tontos de
bicicletas. Además, estaba siempre muy ocupado.
Pero un buen
día, voy a buscarla y me la encuentro en el suelo en pleno berrinche:
- ¡Si
no me llevas hoy mismo a ver el zoo, me largo de aquí! ¡ y ni en eso me complaces!
Buaaa, buaaaa….
La verdad es que
me impresionó verla en aquel estado. La idea de quedarme sin ella me asustó,
porque no imaginaba mi vida ni mi trabajo sin ella.
Soy recogedor
municipal de tacos e insultos. Pedaleo por las calles con una aspiradora
antitacos a mi espalda, que recoge a su paso todos los insultos que los
automovilistas se dicen unos a otros.
En todo caso, mi
bicicleta es una compañera inseparable, sin ella estoy perdido.
Finalmente,
accedí y llevé a Kleta a ver el zoo.
PREGUNTAS:
- ¿Qué era Kleta?
- ¿Para que la utilizaba su dueño?
- ¿Adónde quería ir Kleta? ¿Estaba de acuerdo su dueño?
- ¿Consiguió la bicicleta ir finalmente al zoo?
- ¿Crees que el oficio de “recogedor municipal de tacos e insultos” podría ser útil si fuese real? ¿Por qué?
¡A POR TODAS
CHICOS!